El desequilibrio medio ambiental, no es un problema que
concierne a pocos, es responsabilidad de todos, y no se puede situar en un
contexto en específico, sino a toda una sociedad que habita el mismo planeta
Tierra. En la actualidad no se ha querido considerar la experiencia
pasada de los constantes errores ambientales cometidos, donde la única
consecuencia visible es la constante destrucción acelerada del medio
ambiente. Hoy no se siente ni se observa la aplicación
de disposiciones legales favorecedoras del resguardo ecológico
del ambiente. Vivimos un desarrollo acelerado, donde la globalización y la
tecnología juegan un papel muy importante, siendo los intereses más importantes
que el ambiente.
Un ejemplo claro, que propicia un desequilibrio es la
expoliación forestal. En Chile se tiene amplia autorización a la tala de
la selva chilena, dejando atrás, un ecosistema único e irrepetible,
solo infértil, destruido por la ambición y el lucro. Tan solo
en México, el descuido en el trato de miles de toneladas de basura que se
generan en nuestro país, propiciando a un aumento en la contaminación de
nuestros ecosistemas, propiciando cambios notorios en ellos, los cuales tienen
la necesidad de adaptarse. Es ahí, donde la ética juega un papel importante al
cuestionarse y hacer una reflexión sobre este y muchos otros problemas en la
actualidad.
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